lunes, 23 de marzo de 2020

Piya Kunkayan / Shutterstock La contaminación silenciosa que nos está robando la fertilidad

Cada año la calidad y concentración de los espermatozoides por eyaculado masculino se reduce un 1 %. Lo dice un metaanálisis sobre más de 100 estudios publicados entre 1934-1996 que alerta de esta disminución acumulativa en poblaciones de varones de diferentes áreas geográficas del planeta. ¿El motivo? Todo apunta al efecto de la exposición a los “disruptores endocrinos”.
El término se usó por primera vez en los años 90 para referirse a todas aquellas sustancias, artificiales o naturales, contaminantes medioambientales, que interfieren en algún aspecto del equilibrio hormonal. Afectan al desarrollo y la función de distintas células, generando riesgos para la salud reproductiva, la función tiroidea, el desarrollo neuronal, el crecimiento y algunos tipos de cáncer dependientes de hormona, entre otros.

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