Científicos
de Estocolmo localizan las proteínas en los tejidos, las células y los
compartimentos subcelulares donde funcionan.
Las perspectivas abiertas por la
lectura del genoma humano a principios de la década pasada se van cumpliendo a
un ritmo superior al previsto, gracias sobre todo al desarrollo acelerado de la
tecnología genómica, y a su consiguiente abaratamiento exponencial. Aislar una
proteína humana y averiguar dónde está presente en el cuerpo, en qué tejido, en
que células de ese tejido y en qué compartimento de esas células era
suficiente para leer una tesis doctoral en tiempos pregenómicos. Pero eso es lo
que un equipo sueco acaba de hacer para todas las proteínas humanas de una sola
tacada: el equivalente a 20.000 tesis doctorales de los años noventa en un solo
artículo de Science.
El receptor del factor de crecimiento epidérmico (EGFR).
En verde; el esqueleto celular y en azul: el material genético del núcleo.